domingo, 15 de junio de 2008

[| HIGH SCHOOL, HIGH SCHOOL, AND IT’S NOT HIGH SCHOOL MUSICAL |]

Me llamo Alberto (en mis fantasías me gustaría llamarme Mario, y tener uno de esos apellidos respingados de la revista CARAS; pero me gusta mi nombre y mucho, no lo desprecio, y tampoco que si se escuchase de lo más mexicanote), tengo 17 años y en noviembre cumplo mis 18 añotes, “mis 18 primaveras” (que en este caso “18 inviernos” ¿u otoños?) o como a mi me gusta llamar: My Sweet Eighteen, pero sin mi limousine color “folklor”, o mi pastel sabor “soy-una-puta-malcriada”.

(Ahora escribiré un poquito sobre mi periodo en la prepa, en el CoBaEM. Mis dramas, mis logros, mis amigos e ilustres compañeros. Comenzaré con mi primer semestre y luego… y luego los que siguen)

Primer Semestre

Curso sexto semestre de prepa, mi último semestre en el CoBaEM; estoy feliz por una razón muy importante: el “Cobacho” no me trató del todo bien en estos ya casi tres años. Comencé primer semestre en agosto de 2005, entré bastante entusiasmado de hacer nuevos amigos, de conocer gente un poquito más interesante o diferente de la que conocí en secundaria; ¿que si pasó?, pues sí, pero no de la forma que esperaba.

Comenzamos los grupos de primer semestre una semana antes de que iniciaran los semestres posteriores, “cursos propedéuticos”, nunca supe el significado de eso y nunca me interesó saberlo. Con tal que la presentación personal ante un grupo de extraños, que es típica en un primer día de clases, es la que menos me gusta y por dos buenas razones: no me gusta hablar ante un público por un miedo mío de que florezca mi “jotito interno”, y sí, soy, en ocasiones un poco amanerado, pero no me gusta por que la gente se burla de mí y ciertamente no me interesa confrontarlos. Y la otra razón es que la primera impresión siempre es la que queda ante esos compañeros de clase con los que jamás cruzarás una palabra, quizá pases desapercibido por el resto del semestre, pero si das un paso en falso en ese grandioso discurso de presentación, así es como te recordarán (al menos eso pienso).

Dije: blah, blah, blah, me llamo Alberto, y… y ya. Me puse nervioso, pero sin quedar como estúpido, y cuando pensé: “di un buen discurso”, aparece el siguiente que dice: “Hey, hey, ¡hey!” (Bueno, no dijo eso, pero lo escribo para hacer referencia), y todos comienzan a reír de la tontería que dijera, y en cuanto a mi grandioso discurso de bienvenida… simplemente quedó en el olvido. Y así pasa con todo, quizá solo sea mi paranoia, pero sí; cuando intento decir algo inteligente, algo que quede para la posteridad y no parecer un mamón, alguien llega con sus ‘’chistosadas” y lo arruina, me molesta por que intento de no malgastar mis 15 segundos, y estas personas se llevan el trofeo.

De las personas ‘’interesantes” que conocí los primeros días… pues no hubo, uno que otro que me llamó la atención como la chica tímida de la fila de al lado, que no se mostraba interesada en hacer amigos, platicar con alguien o de siquiera salir a tomar un poco de aire, en los recesos se quedaba ahí, sentadita. Cuando noté su presencia quise platicar con ella, y con el tiempo, quién sabe, hasta ser buenos amigos. Su nombre es Teresa, Tere para todos en general; y es una persona excepcional, de esas personas que tienes que conocer y aprender de ellas, ella pasa desapercibida para los chicos “cool”, pasa X para los chicos “promedio” y pasa WOW para los amigos y para uno que otro matado, y por fortuna soy ahora, uno de sus amigos. (No amigo-amigo, pero amigo al fin)

Pasaba el tiempo y me sentía solo, todos comenzaron a hacer grupitos, yo sin embargo, ni un compañero para andar en los recesos y es mi culpa por que soy muy poco sociable, tímido y hasta cierto punto he caído mal a las personas con esa actitud. De las primeras personas que conocí y entablé conversación fue Dulce, recuerdo haberla calificado como: “qué tipa tan rara”, por que se reía de todo lo que yo decía, y vaya que eran cosas muy tontas, de esas que solo me causan risa solo a MÍ. Después sabría por qué se reía de esa forma.

En el mismo salón, que por cierto era eL 103, iba mi prima Nataly, la cual no había tratado desde hacía ya bastante tiempo, recuerdo haber jugado muchas veces con ella y todos los primos en cenas de Año Nuevo. En la primer clase de AAC, estaba sentado junto a Dulce, en ese momento me llamó Nataly y su grupito a formar parte de su conversación, yo accedí y dejé a Dulce ahí sola, fue un acto un poco egoísta de mi parte, pero fue el yo de querer pertenecer al grupito de los “cool”. Uno de ellos era un tipo que se llama Edgar, todos y cada uno de los compañeros del salón lo llamaron David (con su connotación en inglés: “Deeeivid”) los próximos tres semestres, hasta que fue dado de baja por no sé qué problemas, y yo fui el único en llamarle Edgar, que es su primer nombre.

En una clase de ADR me llamó diciendo: “oye, Beto, ¿puedo hacerte una pregunta?” y cuando me dicen eso es: que realmente quieren hacerme una pregunta, o por que les da curiosidad a unos, y morbo a otros de saber si soy gay, pero no pensé mal de él y especulé que quería saber sobre mi parentesco con Nataly. Hasta que me dijo: “¿pero no te enojas?”, ahí fue cuando volteé los ojos hacia el cielo y concluí que definitivamente era la segunda opción; y fue cuando preguntó, hasta hoy, lo que ha sido la pregunta más vulgar que me han hecho referente a ese asunto; “he escuchado rumores, ya sabes como son, ¿pero en serio no te enojas?...” –“No.” Yo le contesté. –“¿Es cierto que eres PUTO?”. He ahí cuando sentí un mareo repentino, así como de los que pasan en la TV, no de los que me fuese a desmayar; y le contesté: “No sé”. Y de verdad que no sabía, estaba muy confundido en ese momento de mi vida, ¡¿qué soy?! Fue ahí cuando empezó mi travesía hacia el: “mamá, papá… soy gay”.

En fin, el tipo ese, era un homófobo de primera, aunque tuve mis sospechitas que tras ese disfraz de machín estaba escondido un puto, uno aún más del que yo escondía.

Académicamente mi primer semestre fue bueno, solo fue de arranque. No recuerdo algún buen momento en ese periodo, salvo que tuve como My Best Friend a Leticia (ella siempre me recordó a mi Best Friend de secundaria, Alejandra) compartimos momentos muy bonitos y la recuerdo ahora con gran cariño, tuvimos problemas en segundo semestre y pasamos de ser los Best Friends a unos simples conocidos debido a que se fue de la escuela… seguir en contacto fue difícil a causa de terminar no tan bien.

No, realmente no recuerdo algo relevante de mi Primer Semestre; no hay mucho que contar.

Mmm, I do am from High School Musical and a completly queer too :)


Y aquí acabo esta entrada relativo a mi primer semestre en la prepa. Espera los siguientes semestres, prometo serán más interesantes, por que lo son… creo :P

3 Comentarios:

Anónimo dijo...

La solución está en decir cosas graciosas e inteligentes (¡de verdad se puede!) en esos quince segundos. Yo traté de serlo y siempre fui bastante popular, pero no popular entre toda la escuela, sino popular entre mis compañeros. Y nunca me interersó aparentar ser algo o no serlo, y al fin y al cabo terminé agarrándole un cariño tremendo a ese grupo, jejeje, la nopstalgia me invade.

Arturo Hernández dijo...

vaya, que redaccion señores!
te envidio es mas ya ni me hables
no es cierto caray, bueno
pues esta chido el relato de tu primer semestre, espero el segundo heeee
me quede intrigado, para la otra pon un CONTINUARA... asi en mayusculas agrega mas suspenso!! bueno te dejo.
bye, cuidate

O.o° ® tObE vUiTtOn CiCoNnE ® °o.O dijo...

- Oye Alberto, ¿te puedo preguntar algo y no te enojas?-

- ... -

- ¿Eres PUTO? -

jajajaja no ma zuper cagado jajajaja